Historia

S. XVII y XVIII

Dando un pequeño salto en el tiempo y situándonos en el siglo XVII, época del barroco y donde la imaginería adquiere un lugar destacado, es cuando comienzan a organizarse las cofradías. A los gremios más representativos de entonces les debemos tal organización.

Imaginamos que las procesiones de Semana Santa fueron ganando en participantes y que se extendió su popularidad por toda la península. Tomamos como referencia los siglos XVII y XVIII y nos encontramos con tres núcleos muy importantes en donde la imaginería crea escuela, con Martínez Montañés en Sevilla; en Valladolid, Gregorio Fernández y en Murcia, Francisco Salzillo. Estas tres provincias forman un triángulo geográfico y de él sale la distribución de imágenes, talladas por las gubias de estos tres significativos artistas, que abastecían la gran demanda de trabajos que recibían en sus talleres. Albacete lógicamente encarga sus trabajos en Murcia.

Por ello, nuestra ciudad contó para sus desfiles con tallas de Salzillo. Como por ejemplo “La Dolorosa” atribuida a este artista y que fue destruida durante la Guerra Civil.

Muy poco dejaron escrito sobre estas celebraciones nuestros antepasados, apenas hay documentación realizada por historiadores cronistas de la ciudad de Albacete. No obstante, hoy afortunadamente, contamos con algunos datos de gran interés y que comenzaremos a detallar la próxima semana.

Hablar de la Semana Santa albaceteña parecía, y para algunos hoy todavía lo sigue pareciendo, que carece de Historia. Hoy, se puede demostrar que nada más lejos de la realidad, gracias a los estudios y búsqueda de documentos que en estos años pasados y ahora viene realizando la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Albacete.

Hasta hace poco tiempo, se decía que la Historia de nuestra Semana de Pasión, se remontaba a comienzos de los años cuarenta. También, y de una manera tímida, que se remontaba a principios del siglo XX. Se decía que
en aquel entonces se realizaban unas modestas procesiones y poco más. Estas afirmaciones son totalmente erróneas, como iremos viendo más adelante.

Se sabe que a finales del siglo XVI había constituidas cofradías en Albacete, aunque no hablaremos de ellas al carecer de la suficiente documentación que lo acredite, estaban organizadas con el fin de desfilar en Semana Santa, tal y como hoy lo hacen, es decir, acompañando los nazarenos a la imagen o “paso”.

Según un valioso documento, hallado por Sánchez Romero, del año 1789 se puede demostrar, que en esta ciudad ya se celebraban procesiones de Semana Santa al menos en el siglo XVIII.

Este memorial que dice literalmente, para que sea comprendido en su totalidad y nos acerque de una manera más sencilla a conocer aquella época, esta fecha el día 1 de Abril de 1789, y dice así:

“Antonio Moreno e Ignacio Suarez por el Gremio de Mercaderes y Comerciantes; Francisco Martínez y Lorenzo Pérez, por el Gremio de Herreros y Cuchilleros a quienes están señalados; a el primero, el Paso de Jesús del Prendimiento, y al segundo el Paso de la Columna. Pablo Marcilla Mayor, Miguel García y Esteban Aparicio, por los Gremios de Aperadores Carpinteros y Alarifes, a que está señalado el paso de Jesús Nazareno. Antonio de Monte y Antonio Molina, por el Gremio de Labradores, a que está señalado el de el Santo Entierro; cuyo cuatro pasos deben gobernar las procesiones de Miércoles, Jueves y Viernes por la mañana y tarde en este próxima Semana Santa y en los años sucesivos, se realizase la entrega de dichos Pasos; con la venia judial; ante V.S. con el mayor respeto decimos: que mientras no se nos entreguen dichos Pasos para cuidarlos, y arreglar túnicas demás conducentes a la solemnidad de dichas procesiones, con privativas jurisdicciones, en lo que ha cada una toque: Combiene Saber, en primer lugar las fuentes para demarchar las limosnas que han sido costumbre, guión, campanillas, bocinas, tambores, gallardetes, cetros, y demás anejo dependiente dichas funciones para que así cada uno de los dichos Gremios de árbitro en distribuirlos en que guste para el gobierno de su procesión, pues faltando cualesquiera particular de los referidos ningún gremio en común, ni en particular ha de aplicarse para la solemnidad de las citadas procesiones, y también se ha de entender las acciones para que cada uno de los referidos Gremios pueda pedir lo que es propio de cada una de las citadas insignias, sea por dotación ó adelanto que hicieron en el tiempo pasado que se celebraban con el título de Hermandades o Cofradías. En esta atención y deseando por nuestra parte contribuir al debido culto, a la Sagrada Pasión de Nuestro Redentor Jesús.

Suplicamos más conveniente y efectiva a que se continúen con primacía y aumento de solemnidad nuestras Procesiones. Y se entreguen en igual forma las demás Efigies, a los Gremios respectivos. Conviene saber, la de la Oración en el Huerto a Juan Cortes, y demás Hortelanos, la del Ecce Homo a Gerónimo Parra y demás vecinos Alpargateros; la de San Juan, a Juan Tenderos y sus compañeros; la de la Magdalena a Francisco Almendros y demás Zapateros, la de Verónica a Raimundo Martínez y demás Albardoneros, y la de la Santa Cruz, a Francisco Martínez del Gremio de Sastres, para que con ella acompañen en todas las Procesiones. Y para la seguridad de todos los instrumentos que adornan las mencionadas Procesiones quedan igualmente al árbitro de los citados Gremios nombrar depositario para que los tenga a su cuidado”.

Leído el memorial, encontramos datos de sumo interés, como son los nombres de aquellos albaceteños que firmaron el documento y que serían responsables de la organización de los “pasos”, así como del encargo de túnicas e instrumentos musicales.

También hay una frase muy destacable y que dice así “... sea por dotación o adelanto que hicieran en el tiempo pasado que se celebran con el título de Hermandades ó Cofradías”.

Esto nos viene a confirmar, con anterioridad a 1789, que se celebran este tipo de desfiles procesionales.