Escultores

Manuel Romero Ortega
1927

Nacido en Torrecampo (Córdoba) en la antigua casa denominada Posada del Moro -hoy museo- el día 15 de enero de 1927. A la edad de 14 años marchó a Madrid por motivos familiares, habiendo dejado en su puebla y a pesar de su tierna infancia, muestras del genio de artista que llevaba dentro, con la realización en madera de una Inmaculada y una cabeza de San Juan Bautista, como todavía recuerdan sus paisanos.

Inicia sus estudios en la capital de España en la Escuela de Artes y Oficios, siendo alumno predilecto del famoso escultor José Capuz y más tarde de González Gil, iniciando inmediatamente su intensa labor como artista imaginero. Por sus relevantes méritos se le ofreció una cátedra en el referido centro docente, que no quiso aceptar para dedicarse intensamente a su trabaja de producción artística en su taller de la calle Carril del Conde, de donde iban saliendo una tras otra gran número de creaciones de temas religiosos.

Entre ellas el extraordinario Jesús Nazareno para la parroquia de su pueblo natal. En 1952 realiza en alabastro la capilla del Hogar del Empleado en Madrid.

A los treinta años celebra con gran éxito de la crítica madrileña su primera exposición en la Casa de Córdoba, llegándose a comparar desde entonces, por la calidad de sus imágenes y relieves, con la obra del gran maestro Martínez Montañés y continuador de los grandes imagineros, considerándose a Romero Ortega como uno de los mejores escultores de la España de entonces. Se hablaba ya de su fino temperamento artístico y de su esforzado entusiasmo por el porvenir de su arte. Romero Ortega no se movía, en cambio, dentro de la órbita cansada de la fría imitación de los grandes imagineros españoles, sino que, más bien, era continuador de ellos, perteneciendo, como era lógico por razones de su nacimiento, a la misma generación de los grandes artistas andaluces. Artista de raza y de vocación -se decía entonces de él- serio, honrado, de nobles inquietudes y de limpias aspiraciones.

Fue requerido por los Padres Dominicos de San Salvador para la importante tarea de restauración de la imagen de Ntra. Sra. del Rosario, patrona de aquel pais americano, logrando un éxito extraordinario.

Su nombre fue grabado en la pastoral del arzobispo Mons. Chávez y González con las siguientes palabras: «Como nota de nuestro agradecimiento, que hemos de guardar hacia el joven artista de esta obra, nos complacemos
en estampar su nombre en esta Carta Pastoral.

Su nombre es Manuel Romero Ortega, nacido en Torrecampo, Córdoba, España», Un conocido crítico de arte, salvadoreño, recuerda, con tal motivo, la llegada de antiguas y valiosas imágenes al nuevo mundo en tiempo de los virreyes y ahora la llegada del escultor cordobés para restaurar la imagen de la patrona, llevada a su primitivo esplendor «gracias a las manos prodigiosas del artífice del cincel Manuel Romero Ortega». Desde entonces su trabajo para los Dominicos, tanto en América como en Europa - principalmente en España- fue de una íntensidad insospechada, dando vida a gran número de santos y personajes famosos de la orden, desde Santo Domingo de Guzmán - con un gran monumento de piedra en Burgos, inaugurado con motivo del VIII centenario de su nacimiento, en julio de 1970, al que acompaña una escultura en la base de Domingo de Soto en bronce- hasta sus primeros y más notables discípulos. Especialmente enriqueció de imágenes el museo dominicano de Cale ruega (España) y su obra se extendió rápidamente por otros países de América, como Santo Domingo, Guatemala, Estado Unidos, Cuba, Costa Rica, Nicaragua, Perú, etc., enriqueciendo con su arte las catedrales de Santo Domingo, IlIinois, Miami (Florida), Texas y otras, lo mismo que en Francia, Alemania e Inglaterra. Dio vida a las primeras imágenes de San Martín de Porres, destacando la imagen de Ntra. Sra. de la Anunciación para la catedral de Santa María, entronizada y bendecida por el arzobispo de Santo Domingo, Mons. Octavio A. Berras, en marzo de 1963; un busto de S.S. el Papa Pío XII, una magnífica Piedad, Nlra. Sra. de la Merced en Puerto Rico, el maestro Francisco de Vitoria, un San Pedro papa y una lista interminable de santos de la orden.

En 1966 se establece definitivamente en Madrid, saliendo de su taller magistrales pasos de Semana Santa para Andalucía, Murcia y otros lugares de España, además de gran número de monumentos y encargos de particulares.

Su producción excede de tres mil obras originales, que vienen a hablar de su capacidad creadora y de su consideración como uno de los grandes imagineros de la Historia Moderna del Arte en España. Recientemente, el GRUPO DE EMPRESAS P.RAS.A. ha ad quirida los originales de sus mejores obras, que quedan expuestas a los visitantes en la Casa-Museo «Posada del Moro» y que representan las tres más importantes etapas de su producción artística.

Publicación de «CRONICAS DE CORDOBA y sus PUEBLOS» 1997. Esteban Márquez Triguero.